Muchas son las personas que a diario despiertan su interés por comenzar su propio huerto urbano. Por muy sencilla que parezca, la realidad es que se necesitan ciertos conocimientos y materiales para llevar a cabo el proyecto de manera exitosa y satisfactoria.
Hay que tener en cuenta qué tipo de planta resulta más conveniente plantar dependiendo de las condiciones geográficas del huerto. Lo primero que debemos asegurar es que contamos con un suelo con suficiente espacio y un suelo rico en nutrientes, además de que esté bien drenado.
Dicho esto, hemos preparado un estudio que de seguro te servirá de guía para tener algunas ideas sobre la plantación de distintos vegetales y leguminosas. Puede que necesites algunas herramientas básicas de jardinería, como: guantes, tijeras y una azuela no muy grande.
No te preocupes, no se necesita ser un experto para sembrar en tu propio huerto. Pon en práctica la información que estás a punto de aprender y lo harás como todo un profesional. ¿Comenzamos? ¡A por ello!
Uno de los aspectos más importantes a la hora de plantar pimientos es la elección de la semilla. Es en este punto donde la mayoría falla. Las semillas a sembrar deben ser extraídas de los frutos maduros. Antes de tener la planta sembrada en el huerto, se recomienda sembrar las semillas en un semillero para un cuidado personal.
Después de haber introducido las semillas, debes cubrirla con tierra a una profundidad no mayor a 5 milímetros. A partir de este momento comienza el proceso de riego. Al momento de regar, se deben evitar los encharcamientos. Basta con humedecer un poco la tierra para que pueda darse la germinación, que tarda de 7 a 18 días aproximadamente.
Una planta de pimientos saludable puede alcanzar un metro de altura tranquilamente.
Una vez germinada la planta, esperamos que haya alcanzado una altura de quince centímetros y hayan brotado de cuatro a cinco hojas. Entonces la planta estará lista para realizar el respectivo proceso de trasplante al huerto. Debes garantizar que entre cada planta exista un espacio de 50 centímetros para que puedan tener suficiente libertad de crecimiento.
Ya solo debes estar pendiente de podar constantemente y regarla cuando sea necesario.
Tal como la mayoría de los vegetales, la siembra de lechuga debe realizarse previamente en un semillero, aunque algunas personas optan por sembrarlas en el huerto de manera directa y realizar aclareos cuando lo amerite.
La opción más recomendable es utilizar semilleros biodegradables, de esta manera no necesitamos sacar la plantita del semillero para realizar el respectivo trasplante. Puede hacerse sembrando directamente el semillero en el huerto y, con el paso del tiempo, el semillero desaparecerá y la planta quedará perfectamente sembrada en el huerto.
La semilla de lechuga debe ser plantada a una profundidad de dos veces su diámetro. Es necesario mencionar que la semilla de lechuga no responde muy bien a la sequedad, por lo que se recomienda mantener siempre húmedo el sustrato. Una vez la semilla haya germinado y se puedan observar entre cuatro y cinco hojas, ya se puede realizar el respectivo trasplante, dejando un espacio entre plantas de 30 centímetros.
En caso de haber germinado varias semillas por semillero, debe hacer un proceso de aclareo y seleccionar la planta que parezca más fuerte para garantizar una buena cosecha.
Es uno de los tubérculos más atractivos por su gran capacidad de producción. Uno de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta a la hora de sembrar patatas, es el tipo de suelo: no debe estar compactado, preferiblemente que esté suelto, además de disponer de un buen drenaje, ya que el agua debe fluir con facilidad.
La profundidad recomendada para la plantación de patata es de 7 centímetros mínimo y 8 centímetros máximo. Sembrar la semilla a una menor profundidad significaría el enverdecimiento de la planta y un retraso en el tiempo de cosecha.
El espacio entre plantas también resulta crucial. Se recomienda un espacio de medio metro para brindar a la planta suficiente libertad de crecimiento. Además, haciéndolo de esta manera, evitamos que las plantas tengan que competir entre ellas por agua, nutrientes y luz
Las semillas pueden ser sembradas desde principios de la primavera hasta la mitad del verano, de modo que podamos evitar las temporadas de frío extremo.
La cosecha estará lista para cuando la planta se haya secado, a diferencia de las patatas tiernas, cuya cosecha estará lista cuando la planta comience a florecer.
La mayoría de los expertos consideran que el factor más importante para la siembra de tomates en el huerto urbano, es la temperatura. Para que la planta prospere de manera saludable, la temperatura durante el día debe ser de 20 grados centígrados mínimo y 30 grados máximo. Mientras que durante la noche, la temperatura ideal es de 15 grados mínimo y 17 grados máximo.
Una de las cosas más atractivas acerca de la planta de tomate, es que no es muy exigente con respecto al tipo de suelo. Aunque preferiblemente se recomiendan suelos ricos en materia orgánica.
En un huerto urbano, el marco de plantación debe ser de un metro y medio entre líneas y medio metro entre plantas. Dependiendo del porte de la planta, se podrá decidir si se plantan con menor espacio de separación o no. Esto va a depender de las dimensiones del tipo de tomate que se ha sembrado.
Durante el proceso de cultivo, resulta imprescindible ejecutar una poda de formación con la finalidad de garantizar frutos de gran tamaño. El proceso de poda consiste en eliminar los primeros tallos laterales con conjunto con las hojas que se vayan secando para proveer a la planta una mejor aireación.
Lo primero que debes saber acerca del azafrán es que su siembra no se da a través de semillas, sino a través de un bulbo. La temporada ideal para la siembra de azafrán se ubica entre los meses de junio y septiembre, cuando abundan los climas secos y soleados. Lo más atractivo del proceso de siembra es que la recogida puede hacerse en solo un mes después de haber plantado el bulbo.
Se recomienda hacer la respectiva plantación en un terreno arcilloso y poco pesado, preferiblemente con un abono compuesto de 20 centímetros sobre la superficie. Debe prepararse el suelo de esta manera unos tres meses antes de la siembra.
El proceso de floración tiene una duración aproximada de 20 días.
Una vez hayas adquirido los bulbos de azafrán, debes enterrarlos a un máximo de 20 centímetros de profundidad, dejando un espacio de 10 centímetros entre ellos. Con respecto al proceso de riego, las plantas no son tan exigentes puesto que están perfectamente adaptadas para soportar climas secos. Así que, bastará con el agua que recolectan de las lluvias, aun cuando son escasas.
La recogida puede llevarse a cabo diariamente y en horas de la mañana, teniendo que cuenta que debe hacerse una vez la planta haya florecido y se encuentre cerrada.
La ventaja principal de plantar cebollas es la posibilidad de plantarlas tanto en forma de semillas como en forma de bulbos. Si optamos por plantarlas en forma de semillas, esparcimos uniformemente por todo el macetero y posteriormente tapamos con un centímetro y medio de compost y compactamos el terreno.
Al inicio de la primera es cuando debemos realizar el proceso de aclarado, dejando una distancia de 15 centímetros entre cada planta.
En caso de querer sembrar las cebollas en forma de bulbos, no cabe duda de que el mejor momento para hacerlo es en primavera. A lo largo de una línea, realizamos hoyos de aproximadamente 15 centímetros de profundidad e introducimos un bulbo en cada hoyo. Una vez hemos introducido todos los bulbos, compactamos la tierra en los alrededores para que cada planta tenga la suficiente firmeza.
Las cebollas no necesitan un riego excesivo a lo largo de su ciclo de vida y producción. La única etapa en la cual necesitan una gran cantidad de agua es en la vegetativa, es decir, cuando apenas está comenzando la formación del bulbo. Dato súper importante: se recomienda dejar de regar las cebollas unos 20 días antes de la cosecha.
Independientemente del tipo de brócoli que deseemos sembrar, se recomienda hacerlo en un suelo cuyo pH esté ubicado entre 6.5 y 7. Bajo ninguna circunstancia se recomienda sembrar el brócoli en un suelo donde anteriormente hayamos sembrado otras crucíferas, como por ejemplo col, coliflor o rábanos.
El brócoli destaca por no necesitar de un cuidado demasiado estricto para un crecimiento saludable. Basta con tener en consideración la temperatura a la cual se desarrollan. Si la planta está expuesta a una temperatura que varía de 1 a 7 grados centígrados, no podrá crecer de manera correcta.
Debes tener en cuenta que el brócoli no crecerá de forma saludable si has decidido sembrarlo juntamente con ajo, cebolla o patata.
Por otro lado y a diferencia de otras plantas, el brócoli sí necesita de un riego constante, especialmente en la etapa de crecimiento, dejando claro que el riego debe hacerse preferiblemente con un atomizador para mantener el suelo húmedo, mas no encharcado.
Algunas personas se preguntan por qué sus cultivos de brócoli en huertos urbanos no prosperan como era esperado. Generalmente el fallo se presenta en la combinación de plantas que se ha hecho en el huerto.
Las semillas de espinaca pueden ser sembradas directamente en la tierra a dos centímetros de profundidad sin ninguna clase de riesgos. Las líneas de siembra deben estar separadas por 30 centímetros como mínimo. Una vez que las pequeñas plantas han germinado, se procede a aplicar un proceso de aclarado con una distancia de 10 centímetros.
La ventaja principal con respecto a la siembra de espinaca, tiene que ver con el hecho de que puede crecer bien sea en la sombra o en el sol. Aclarando que en caso de estar expuestas al sol, no deben estar en un espacio donde el calor sea excesivo. Esto podría matar la planta lentamente.
El suelo en el cual vayan a estar sembradas las espinacas, debe mantenerse húmedo. Esto no significa que debemos mantener un charco en la siembra, basta con humedecerlo cuando se noten indicios de sequedad en la superficie.
Contrario a lo que muchas personas pueden pensar, para el proceso de recolección no necesitamos extraer toda la planta. Será suficiente con ir arrancando las hojas externas y dejar que las pequeñas hojas internas puedan crecer para repetir el proceso de recolección.
Se recomienda plantar varios lotes de semillas con una diferencia de tiempo de dos semanas, de tal manera que tengamos a la mano una cosecha constante.
El gran secreto para la siembra de acelga tiene que ver con la preparación previa del suelo. Esto determinará el éxito de la cosecha al menos en un 60%. Se recomienda disponer de un suelo profundo y con gran poder de absorción.
Una de las particularidades referentes a la acelga, es que le sienta bien un suelo con pH alcalino de 7.2 preferiblemente.
No necesitamos sembrar previamente en semilleros, podemos hacerlo directamente sobre la tierra, colocando de dos a tres semillas sobre cada surco y dejando una separación de 30 centímetros como mínimo.
Debe tenerse muy en cuenta la época de siembra. En aquellas regiones frías, se recomienda realizar el proceso de siembra entre los meses de marzo y abril. Mientras que en las zonas cálidas resulta indiferente los meses seleccionados para la siembra, pudiendo realizarse durante todo el año.
Aquí otro secreto para el crecimiento saludable de la acelga: desde que comienza el rápido crecimiento de la planta hasta el final de cultivo, se recomienda abonar con abundantes niveles de nitrógeno para llevar la cosecha al máximo nivel. Desde el momento de la siembra hasta el momento de la recolección, pasan aproximadamente dos meses.
Los meses ideales para llevar a cabo la siembra del calabacín en el huerto urbano son mayo y abril, preferiblemente en zonas con acceso a abundante luz solar, ya que no responde muy bien a las bajas temperaturas. Antes de realizar la respectiva plantación, debemos tener en cuenta que el suelo debe estar libre de malas hierbas, además de estar suelto y poco compactado.
Puesto que la planta va a estar de manera constante expuesta al sol, necesita de abundante agua para crecer de manera saludable. Antes de plantar las semillas, formamos pequeños montículos de tierra e introducimos dos o tres semillas a una profundidad de 5 centímetros máximo.
Hay que mencionar que la planta de calabacín requiere de un espacio considerable para crecer saludablemente, por lo que recomendamos dejar una separación de medio metro entre cada montículo.
Antes de describir el proceso de plantación de los espárragos, debes saber que resulta muy beneficioso contar con una plantación propia en huerto, ya que además de la increíble fuente de vitaminas y minerales, puede producir buena cosecha hasta por 10 años.
Aunque los espárragos pueden ser plantados en forma de semillas, se recomienda mayormente sembrarlos en garras, ya que de lo contrario debemos esperar hasta dos años para la primera cosecha.
Si bien necesitan de abundante agua, basta con regarlas una vez a la semana hasta que podamos observar los primeros brotes.
Para plantarlos directamente en la tierra del huerto, procedemos a cavar una zanja de 30 centímetros de ancho y sembrarlos en fila, preferiblemente en una zona con acceso a abundante luz solar. Debemos mencionar que el suelo debe tener una buena base de materia orgánica, ya que los espárragos necesitan altas cantidades de nutrientes para desarrollarse saludablemente.
Una de las cosas más importantes a tener en cuenta a la hora de plantar plantas aromáticas es el acceso a la luz solar. Sin importar el tipo de planta aromática que deseas sembrar, necesita de por lo menos seis horas al día de luz solar para crecer de manera saludable.
Lo que sí hay que tener en cuenta es que a pesar de que necesitan de abundante luz solar, las plantas de hoja fina no soportan ambientes muy calurosos. Así que, si las plantas de hojas finas fueran tu caso, asegúrate de proveerles de sombra en las horas más calurosas del día.
Si decidimos plantar varios tipos de plantas aromáticas juntas, debemos tomar en cuenta el ciclo de vida de cada una. Las plantas anuales y bianuales, necesitan de un reemplazo al menos cada dos temporadas, mientras que las perennes deben ser resguardadas cuando se acercan las heladas.
Las temporadas ideales para plantar las habas son otoño e invierno. De esta manera tenemos la posibilidad de realizar siembras escalonadas y garantizar una cosecha más abundante durante mayor tiempo.
Los especialistas en el tema recomiendan dejar las semillas en remojo un día antes de la siembra para acelerar y mejorar el proceso de germinación. El espacio que hayas dispuesto para sembrar las habas debe contar con un buen drenaje y con abundante acceso a la luz solar.
Si ya has utilizado la misma porción de terreno para sembrar habas o alguna otra leguminosa anteriormente, no tendrás una siembra exitosa.
Los agujeros a realizar para la plantación de las habas, no deben superar el triple del tamaño de la semilla, además de asegurarnos de dejar un espacio de 30 centímetros entre cada planta. Lo mejor de todo es que no necesitas un suelo con abundante cantidad de nutrientes ni nada por el estilo. Basta con regar con abundante agua y evitar los encharcamientos.
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