Nos encantan las plantas pero, reconozcámoslo, no todos tenemos buena mano con ellas. Las plantas, como cualquier ser vivo, requieren de unos cuidados especiales. El riego, el suelo y la luz, son algunos de los factores más importantes a tener en cuenta.
Si, además de estos, sumamos el condicionante climático, cuidar de nuestras plantas puede ser una tarea muy complicada. Por ello, os hemos preparado una lista de las plantas de exterior más resistentes tanto al frío como al calor, para que al menos, no os preocupéis por ese factor.
12 Lirio azul
Comenzamos nuestra lista con una planta que, además de su atractiva apariencia, es capaz de resistir tanto las altas temperaturas de las zonas costeras como las bajas cifras térmicas alcanzadas en altitudes de hasta 25000 metros sobre el nivel del mar.
A la hora de colocar los lirios en tu jardín, has de situarlos en aquellas zonas donde reciban sol directo una buena parte del día, al menos 6 horas. La acción del sol hace que luzcan brillantes los colores de sus flores. Una buena época de siembra será la primavera, para que las flores luzcan con fuerza en los meses de verano.
11 Pensamientos
Los pensamientos son especialmente apreciados por la longevidad de su floración, así como por su resistencia. De hecho, sus flores aparecen en otoño y persisten hasta bien entrada la primavera. En este periodo de floración será cuando más agua necesiten, cada dos días.
Prosperan a temperaturas bajo 0º y soportan temperaturas superiores a los 22ºC. Necesitan de buena iluminación natural, y pueden tolerar la semisombra. En cuanto a los suelos, quizá sí necesite más cuidados, pues gustan de aquellos ricos en materia orgánica.
10 Durillos
El durillo es un arbusto de origen meridional, por lo que es amigo de los climas templados. No obstante, es capaz de tolerar unas temperaturas inferiores a los 10ºC. También aguanta muy bien las altas temperaturas, la sequedad y la escasez de agua.
Una peculiaridad de los durillos es que suelen florecer en inverno, momento en que solo los arbustos más valientes se atreven a combatir las bajas temperaturas. Sus pequeñas flores darán lugar a ramilletes blancos muy utilizados en bodas y eventos.
Como planta rústica que es, requiere de muy pocos cuidados, adaptándose tanto a las zonas de luz como a las de sombra. En cuanto al suelo, basta con que tenga un buen drenaje. Riego moderado, aunque prefiere la escasez al exceso de agua.
9 Cotoneaster
Se trata de uno de los arbustos que mejor resiste tanto el frío como el calor. Si bien lo ideal es que el termómetro no descienda de los 0º, algunas especies de cotoneaster pueden soportar los -15ºC. Es, por tanto, resistente a las heladas.
Sus cuidados son muy sencillos. En las épocas de más calor, es suficiente con regarlo dos veces por semana. Además de su resistencia, este arbusto luce una bonita flor blanca que le convierte en una planta muy ornamental, perfecta para exteriores. Además, prospera muy bien en maceta.
8 Claveles
Los claveles son una de las plantas clásicas que podemos lucir durante cualquier época del año. Esta flor soporta temperaturas por debajo de los 15ºC, así como temperaturas elevadas que pueden rondar los 28º-29ºC. De hecho, la exposición directa al sol es su mejor aliado para lucir sus preciosas flores.
Es por ello que, si queremos deleitarnos con sus colores, habremos de ubicarlos en zonas bien iluminadas. Recomendamos, por tanto, plantar sus semillas a comienzos de la primavera para que florezcan en verano.
7 Laurel
Condimento básico de la cocina mediterránea, el laurel no solo lucirá en nuestro jardín si no que aderezará nuestros platos. Y lo mejor de todo es que su cultivo apenas requiere ningún cuidado.
Se adapta a cualquier tipo de clima, resistiendo temperaturas por debajo de los 12ºC y superiores a los 27ºC. Tolera tanto el sol como la sombra, por lo que tampoco será un quebradero de cabeza su ubicación.
Quizá el aspecto más importante a tener en cuenta es que es muy susceptible al ataque de ciertas plagas como la cochinilla, los pulgones y la psila. Si nuestro laurel ha sido atacado por alguno de estos parásitos, podaremos las partes afectadas y, si el ataque es importante, recurriremos a productos específicos.
6 Romero
Llegamos al ecuador de nuestra lista y lo hacemos de la mano del romero. Esta planta tan común de la cuenca mediterránea puede soportar temperaturas de -13ºC, así como las más altas de los calurosos días de agosto. Si bien es cierto que, por su origen mediterráneo prosperará más con un clima templado- cálido.
Se adapta muy bien también a la escasez de agua, por lo que no es necesario un regado constante. Será durante las primeras etapas de cultivo cuando más aporte de agua necesite. En cuanto a la luz, mejor si lo ubicamos en aquellas zonas con incidencia directa del sol para verlo crecer en todo su esplendor.
5 Salvia
La salvia, planta conocida por sus propiedades terapéuticas, es también famosa por su resistencia al frío. Aguanta bien las heladas que acompañan a las temperaturas por debajo de los 15ºC. Esta resistencia tiene una explicación biológica y es que, sus pequeñas hojas dentadas y su tronco leñoso pero fino, le hacen ser energéticamente eficiente.
Soporta el frío y el calor, de hecho, para crecer correctamente, necesita la luz sola directa. Su resistencia a las altas temperaturas nos habla también de su adaptación a los periodos de sequía y escasez de agua. Todos estos factores la convierten en una de las plantas más versátiles.
La salvia es ideal para exterior, no solo por su resistencia a las inclemencias climáticas, si no también por su característico olor, el cual favorece la relajación.
4 Lavanda
Y si hablamos de olores que incitan a la relajación, tenemos que mencionar a la lavanda. Es considerada una de las plantas más sencillas de mantener. Con pocos cuidados podrás disfrutar del florecimiento de sus ramas y de su característico olor, tan apreciado en aromaterapia.
Soporta temperaturas muy bajas, llegando incluso a los -17ºC. En cuanto al calor, soporta sin problemas las temperaturas que oscilan alrededor de los 30ºC. Si hablamos de su ubicación ideal, prefiere zonas aireadas y dotadas de muchas horas de sol.
3 Espino de fuego
El espino de fugo no solo nos brindará sus flores sino también sus frutos. Las primeras, blancas, crean un fuerte contraste con el amarillo anaranjado de sus frutos. El espino de fuego se adapta a cualquier tipo de suelo, clima y ubicación, aunque, si podemos elegir, mejor posicionarlos en zonas de semisombra.
Este asombroso arbusto puede superar la friolera de -20ºC, así como altas temperaturas, las cuales pueden alcanzar los 30ºC.
2 Adelfas
Las adelfas soportan bien las bajas temperaturas, aunque si hablamos de temperaturas extremas, las adelfas toleran mejor las cálidas. Pueden llegar a soportar hasta los 40ºC, por lo que es una de las especies más queridas en los jardines de la cuenca mediterránea.
Es por ello que necesita de la exposición directa al sol. Estamos ante una especie rústica y, por tanto, no demanda grandes requerimientos en cuanto al tipo de suelo. Se adapta muy bien a cualquiera, pero muestra preferencia por aquellos que contenga base de calizas, que garanticen un buen drenaje. Esta tolerancia al calor extremo se traduce en supervivencia en periodos de sequía.
Ahora bien, pese a todas estas virtudes que nos hablan de su resistencia, debemos de evitar su cultivo en ambientes y jardines expuestos a niños y animales, ya que las partes de las adelfas, incluidas sus flores y hojas, presentan componentes tóxicos.
1 Acebo
Llegamos al final de nuestra lista y lo hacemos con un árbol de gran resistencia a las temperaturas extremas y de gran contenido simbólico.
El acebo es un pequeño árbol que da un fruto de color rojo intenso, muy bonito y perfecto para ambientes festivos. Como símbolo de la Navidad, el acebo nos habla de su resistencia a las bajas temperaturas. De hecho, tolera muy bien las temperaturas que se encuentran por debajo de los 20ºC. Otro síntoma de su fortaleza ante el frío, es su época de floración: el invierno.
Se desarrolla bien en cualquier tipo de suelo, siendo sus preferidos aquellos ricos en ácidos y bien drenados. Precisa de humedad para su óptimo crecimiento y prefiere las zonas de semisombra.
Sus frutos, aunque llamativos, no han de cogerse, puesto que estamos ante una especie protegida.